jueves, 27 de enero de 2022

Tensión y desinformación sobre Ucrania: el rol de Rusia, EEUU y la OTAN



Dos asuntos que se entrelazan. Una cuerda es tensada. El pasado está a punto de estallar en el presente. Quizás la geopolítica tenga estructuras de largo plazo. Eso nos quieren hacer creer. Pero ni de cerca habitamos un escenario similar al de Guerra Fría, aunque busque ser reactivado. Por eso, la importancia historia y nuestro deber ciudadano de aplicar el juicio crítico, en plena época de la desinformación, no puede olvidarse.

PUTIN

Pese a que el teatro sea deslumbrante, el libreto de la hipocresía es sencillo. Las agencias de prensa internacional presentan a Rusia como un país agresor contra Ucrania. Luego, EEUU, la Unión Europea y la OTAN, cumpliendo con su espíritu justiciero, defienden a Kiev. Todo parece simple y condenable; todo parece verosímil: se trata de la ambición imperialista de Putin. Pero pensemos un poco.

Nadie va a negar que Putin ejerce un gobierno autoritario y muchas veces opuesto a los principios que rigen la forma de estado federativa de Rusia. Tampoco nadie negar que Putin, por medio de su canciller Sergei Lavrov, se relaciona internacionalmente bajo intereses capitalistas, aunque con mayor dosis de equidad y ganancia mutua que otros. Pero invisibilizar la dimensión geopolítica de este conflicto es parte de esa misma batalla geopolítica: una geopolítica de la (des)información que posiciona a occidente, específicamente a EEUU y a la OTAN, como defensores del mundo democrático (liberal) y supuestamente libre.

OTAN

Si Rusia ha acercado sus tropas a la frontera con Ucrania es justamente porque la OTAN, incumpliendo la promesa hecha a comienzos de los 90, se ha expandido hacia el oriente, es decir, cada vez se aproxima más a Moscú. Esto ha significado pasar de 16 países miembros a 30, en poco más de tres décadas, incluyendo a Polonia y a los países bálticos fronterizos con Rusia (Estonia, Lituania y Letonia). Invitamos el asunto en un rústico ejercicio imaginativo: ¿Cómo reaccionaría EEUU si en la frontera mexicana con Texas se dispusieran tropas y armamentos militares? Para responderla, otra pregunta, pero históricamente constatada: ¿Cómo reaccionó EEUU cuando el año 61 la URSS instaló misiles en Cuba? Basta y sobra. 

Más allá del contexto de Guerra Fría y su reacción frente al Pacto de Varsovia, la OTAN fue creada, como muy irónicamente dijera un general inglés, con una finalidad específica que se reduce en la siguiente frase: "Mantener a los americanos dentro de Europa, a Rusia fuera de ella y a Alemania pequeña y controlada." Quizás sólo el primero de esos objetivos se sigue cumpliendo en la actualidad, pero metamorfoseado bajo el rostro de los grandes inversionistas estadounidenses. La expansión económica de Rusia, y particularmente el suministro energético que brinda a países europeos, se ve con malos ojos desde los sectores más cercanos al capitalismo salvaje de EEUU. De ahí que existan sanciones económicas, advertencias diplomáticas y amenazas militares para frenar su avance.

DESINFORMACIÓN

Ahora bien, el problema interno (nunca del todo) de Ucrania, al igual como sucede con otras ex-repúblicas soviéticas, consiste en un nudo que entrelaza al nacionalismo, la identidad cultural y al constructo del Estado-Nación, todo recubierto por las fuerza de los intereses económicos transnacionales.

Se acusa a Rusia de invadir Crimea y generar inestabilidad en el Dombás, la región este de Ucrania. Pero, ¿mencionan las agencias internacionales que ambas zonas son rusoparlantes y que sus habitantes se identifican culturalmente mucho más con la gran madre rusa antes que con el aspiracionismo europeísta? ¿Acaso los analistas internacionales señalan que hubo un plebiscito popular en Crimea para decidir su secesión de Ucrania y en cuyo escrutinio se impuso abrumadoramente (con más del 90% de adhesión) esa opción? ¿Acaso alguien habla del golpe de Estado dado a Yanukovich en 2015 por medio de las fuerzas de ultraderecha, las cuales buscan que el ingreso de Ucrania sea aceptado por la Unión Europea (justamente al precio de volverla una punta de lanza de la OTAN con miras a Moscú)? ¿Por qué los comentaristas internacionales invitados a la televisión (cuando los hay) apenas consideran los innumerables intereses económicos que están en juego en la región, principalmente aquellos vinculados con los gasoductos provenientes desde el sur de Rusia y por la construcción, en el Mar Báltico, del Nord Stream 2? ¿Por qué tampoco se mencionan las amenazas que, de asentar bases militares estadounidenses en Ucrania, dejarían a Moscú a cinco minutos de ser destruido, tornando casi nula la eficacia de su sistema de defensa antimisiles? ¿Y qué decir del presupuesto militar aprobado por el Congreso estadounidense hace algunas semanas, el cual roza los 800 mil millones de dólares (el más alto de su historia), y donde se destinan cientos de millones no sólo a recursos y tropas militares, sino también al apoyo de ONG que emitan propaganda antirusa en Ucrania?

TAREA

No se trague todo lo que ve. El llamado es a investigar y a reflexionar críticamente. En esta época de las comunicaciones, de la información, pero también de copamiento de la agenda por los medios de masas y de reproducción desinformativa hecho por las grandes agencias internacionales (France-Press, EFE, Reuters, Associated Presa, etc.), sin duda servidoras de los intereses hegemónicos y neocoloniales del capital, atrevámonos a comparar medios contrastar información y analizar discursos, teniendo como eje orientador las, muchas veces trágicas, enseñanzas que nos ha dejado la historia. Solo así seremos capaces de reflexionar críticamente acerca de los intereses geopolíticos que están en juego, y que también buscan jugar con nosotros, subestimando nuestra inteligencia y valentía.

sábado, 22 de enero de 2022

Gabinete: "consolidar para avanzar"



No nos sorprendamos. Las fuerzas antifascistas que derrotaron a Kast nunca fueron fuerzas antineoliberales. Boric no porta la Revolución, sino la esperanza de transformaciones estructurales. Con él, más importante que "su" programa inmediato, lo relevante es la potencia del proyecto que robustece: junto al arduo e innovador trabajo de la Convención Constitucional, por un lado, y al apoyo de organizaciones y movilizaciones populares (seguramente, después de medio siglo, tendremos un gobierno susceptible de ser defendido en la calle), por otro, el gobierno de Boric tendrá por misión sentar las condiciones de posibilidad de un cambio de rumbo. Esto significa, la paulatina desmercantilzación de los derechos sociales (cuyos efectos a corregir han generado: la precariedad del sistema de salud;  la reproducción epistémica y desigualdad social de una educación gestional y estandarizada; el abuso desvergonzado de AFP con sus millonarias utilidades) y la consolidación de un modo de concebir las relaciones sociales bajo una perspectiva feminista e intercultural que vaya mucho más allá de la paridad, para, por ejemplo, abordar asuntos como la crisis ambiental desde un prisma ecofeminista y basado en el "buen vivir" y armonía con la naturaleza.

Ahora bien, los primeros pasos de este gobierno evidencian tanto la diversidad como la pugna que existe al interior del mismo. El gabinete recoge, así, figuras provenientes de distintos sectores políticos que van desde el sector de la ex-Concertación hasta el PC y algunos independientes. Obviamente Boric busca alianzas con el PS para tenerlos de su lado en un Parlamento poco favorable. Menos obvio -pero más ingenuo- es valorar la presencia del PS como un gesto de invitación: llamarlos, a través de su inclusión en un gobierno transformador, a remontarse a sus propios orígenes, cuando el PS fue, hasta entrado los 70, un partido de izquierda. En todo caso, hoy figuras como Carlos Montes (Vivienda) o Mario Marcel (Hacienda), muy poco recuerdos deben guardar del Congreso de Chillán, por decir algo.

Desde siempre supimos que para derrotar al fascismo había que construir un gran frente. Lo hicimos. Ahora será tiempo de desplegar un diálogo radical en dos frentes: al interior de un gobierno en pugna, poroso en su configuración partidista, pero también en sus ideales ciudadanos y en sus iniciativas para favorecer la participación popular (aunque, por lo mismo, también dispuesto a llegar a acuerdos donde la institucionalidad no suprima o conjure la conflictividad y el movimiento de la vida popular); y al exterior de éste, es decir, en las calles, donde el adversario, esa derecha empresarial-patronal que, durante los últimos 40 años, ha visto multiplicadas sus ganancias en función a la acentuación de sus privilegios, irá utilizando gradualmente todos los medios que tenga a su alcance para evitar cederlos (copamiento de los medios de información de masas, creación de medios digitales, proliferación de bots algorítmicos, campañas del terror a nivel económico, securitario y xenófobo, instalación de fake news y acusaciones de populismo y corrupción, bloqueos financieros y bloqueos productivos, todo con miras a provocar golpes blandos o "legales", etc.). Sin duda, ahora se viene a lo que vinimos: seguir dando la lucha.

En suma, si buscamos resumir la conformación del gabinete, más allá del programa para vincularlo con el proyecto que esta etapa continúa abriendo, bien podríamos usar una frase emblemática de los años de la UP: "consolidar para avanzar" ( y no "avanzar sin transar"). Esperemos que ese avance sí pueda representar los primeros pasos de una verdadera transición. Pero, ¿de una transición hacia dónde? Hacia donde ya no sea necesario transar.