viernes, 23 de mayo de 2008

Mazak: música tenue para una espera serena.


Hace años compré este CD (Seon-Sony) en el que Konrad Ruhland dirige a Niederaltaicher Scholaren interpretando obras de Mazak. Nunca antes me había percatado de la existencia de este compositor y hasta el día de hoy no he podido encontrar otro disco con obras de él. Sé, por lo leído en el librito del CD, algunos datos históricos: vivió en el siglo XVII, estudió filosofía y compuso preferentemente obras sacras de poca extensión, siendo músico oficial de un monaterio austríaco. Pero nada de esto importa. Da lo mismo que académicamente se inscriba en el barroco temprano con algunas reminiscencias polifónicas. Su música sublime, de una sutileza y transparencia serena, deja atrás cualquier rigidez fáctica e histórica-contextual, cualquier fecha y tierra, para transportarnos a un lugar metafísico. La representación provocada por la suavidad orquestal y lo angelical de las voces es de un mundo de transición entre el cielo y la tierra, entre la vida terrenal y el Paraíso Divino. Es un sueño plácido, un dormir a la espera de algo mayor: en términos artísticos ese algo mayor será Bach; en términos simbólicos será el despertar para el Juicio Final. La belleza en Mazak radica en eso, es la música de la suspensión, la música del descanso y la espera serena, la música del olvido de sí mismo, la música del dormir sin soñar.

Una música delicada que no cae en amaneramientos. Un hermoso espejismo de paz nacido en el más despiadado desierto: la institucionalización de la religión católica occidental. ¿Cómo la figura de un mismo Cristo podía inspirar en los hombres obras tan maravillosas como éstas y a la vez alentar crímenes inquisitorios en otras partes del mundo? Quizás el único defecto de este CD sea que, en vez de ayudarnos a responder este tipo de preguntas, nos hace dirigir la mirada a otra hermosa realidad sin historia ni pecados, una de las tantas realidades del arte.

Mazak: Sacred Music From Holy Cross Monastery.
Konrad Ruhland, Niederaltaicher Scholaren.
1997. DDD. Sony.

No hay comentarios: