viernes, 11 de septiembre de 2020

Blanco y negro. 11 de Septiembre de 1973


Desde el 11 de Septiembre de 1973, se ve una vez más.

Lo que se ve: tanquetas, aviones, bombardeo, milicos; discursos y sueños tragados por la lengua; Radio Magallanes y una antena precipitándose río abajo; humo, piedras, puños caídos; la aspereza del dial AM perdiéndose en el vacío; canal 13 y el heroísmo de Claudio Sánchez; canal 13 y el suicidio de Allende, canal 13 y la casa de Allende; el resplandor de un último mensaje silenciado; El Estadio Nacional, Mundial 74; los montajes aún encubiertos; la polarización hasta el odio, hasta la aniquilación de la democracia, hasta el pronunciamiento de lo impronunciable, con voz de polvo, de humo, intentando transmutar el clamor de la vida en la silueta de un afiche en blanco y negro.

Lo que no se ve: la fronda aristocrática, la burguesía cruel e ignorante; Nixon, el aullido y El Mercurio; los camioneros y la seguridad nacional; el empresariado y la Escuela de las Américas; el Estadio Nacional, el Estadio Chile, Víctor Jara pacificado, vaciado hasta el slogan por 44 balazos; los cuerpos hechos polvo y humo; el caudal de los que vendrán a soplar el humo y la memoria de los que ya no vendrán, de los que, pese a la ausencia, no cesarán de venir, de los idos a otra dimensión, de los caídos y recordados, la presencia de una ausencia cálida y terrible a la vez; El Show de la Una, Sábado Gigante y la TV dominical recubriendo los gritos sin llanto de los desaparecidos; los 80, Jaime Guzmán como Sumo Pontífice, las AFP, las ISAPRES, la educación de mercado, los derechos del pasado, el mirar hacia adelante, las nuevas libertades sociales con miras a asociarse en Sociedades Anónimas, mientras los muertos, los desaparecidos, los torturados, la democracia, la consciencia de clase, la lucha de clases, el cáncer marxista, Fidel y la revolución con empanadas y vino tinto, se ovillan o se agazapan, se repliegan y se preparan para una acción que más temprano que tarde, en las alamedas abiertas o en un rincón de aquellas fotos periodísticas, recuperen el color ancestral de lo blanco y negro.

Lo que no se ve es más de lo que se ve; más de lo que se puede o no se puede ver.

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