Fase crítica, ya no natural, de
la metafísica. Kant se propone cuestionar acerca de los límites y alcances del
conocimiento racional. Aplica la actitud escéptica heredada de Hume, quien lo
despierta del sueño dogmático. También aplica la actitud racionalista heredada
de Descartes: sentar las condiciones incondicionada (a priori en el lenguaje
kantiano; innatas en el lenguaje cartesiano) de toda experiencia posible. En
resumen, no si existen, sino ¿cómo son posibles los juicios sintéticos a
priori? O sea, ¿cómo podemos ampliar el conocimiento (empírico) sin sacrificar
la apodicticidad (necesidad) emanada desde la dimensión trascendental? A eso se
reduce la cuestión. Pero las respuestas, mas nunca las soluciones, cuenta con
múltiples nudos problemáticos.
No se trata de una obra fácil. A
ratos es árida debido a su obsesiva proporcionalidad formal. A otros ratos es
vibrante, y hasta vertiginosa, gracias a sus intromisión en las ilusiones de la
razón. Tales ilusiones se configuran a partir de las preguntas que nos
sobrepasan y que, por lo mismo, no dejan de asediarnos: ¿seremos realmente
libres? ¿Habrá tenido inicio el mundo o bien habrá existido desde siempre?
Finalmente, ¿será plausible pensar en algo así como el sentido de la
existencia, en un propósito trascendente (ya no sólo trascendental) de la vida?
¿Será racional creer en o esperar algo de Dios? El alma, el mundo y Dios,
psicología, cosmología y teología, las dimensiones fundamentales de los seres
racionales finitos que, por su radical importancia y desmesura (por su hálito
de eternidad) nunca podrán ser resueltas bajo los rigurosos márgenes de la
razón ni de la experiencia. No obstante, sí se lograrán rearticular en términos
subjetivos: ¿qué puedo saber? (pregunta por el conocimiento) ¿Qué debo hacer?
(pregunta por la acción moral) ¿Qué me cabe esperar? (pregunta por la
religión). Al final eso es el hombre, somos eso: entes racionales finitos.
Por todo lo dicho, la labor
crítica siempre será, antes que todo, negativa: depurativa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario