Manual de inconducta para develar el poder.
Manifiesto de la filosofía ex-céntrica. Complemento teórico de la novela
"La Peste" de Camus. "Vigilar y castigar" es un estudio
genealógico sobre la configuraciones del poder, visto a partir de las
continuidades y rupturas que han existido entre la exclusión de la lepra, la
excepcionalidad de la peste y los mecanismos de represión penitenciarios. Todo
lo anterior bajo el gentil auspicio del Estado burgués y los intelectuales del
período clásico, como, con mucho orgullo, los franceses llaman al siglo XVIII.
Capítulo especial para el tratamiento que Foucault
hace del Panóptico, esa prisión utópica proyectada por el filósofo Bentham, que
se convirtió en el sueño dorado del utilitarismo. Panóptico: ojo absoluto,
máquina capaz de ver sin ser vista, capaz de imponer su amenaza en todo tiempo
y lugar. Ojo absoluto cuya presencia nunca "es" plenamente constatada
por los reclusos (¿O los ciudadanos? ¿O los internautas?), pero que, justamente
por eso, se torna más vigorosa: siempre "puede estar allí",
acechándonos desde aquel exterior que incluye. Panóptico: un otro
internalizado. Como si se tratase de una luz tan transparente que, al mismo
tiempo de volver visible la superficie, encegueciera nuestra visión, el
Panóptico es un modo de poder que no aparece en sí mismo, sino que se despliega desde el anonimato mostrando solamente la contracara de su dominio: las
instituciones. Al final, el ojo no ve lo que no ve.
¡Bienvenidos, en pleno siglo XXI, a la extensión de
la red disciplinaria! Seamos todos consumidos por la cuarentena, por este
neoliberalismo que se encarna en mil labores al interior de nuestra propia
casa, y cuyo hechizo ha hecho del hogar una réplica deslavada y vacía de la
explotación social; pero ahora sin cuerpos en las calles que puedan oponérsele.
Foucault en cuarentena; Foucault más vigente, más ardiente, que nunca.
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